Policiaca
¡Jibraham, presunto asesino de su esposa y del hijo de ambos!
OMAR VÁZQUEZ VALENCIA
Minatitlán. El homicidio en agravio de la empleada de Petróleos Mexicanos (PEMEX) Gretel Toscano, y de su hijo de escaso un año de edad, podría estar vinculado de manera directa a Jibraham Farid, esposo y padre de los hoy occisos y quien se quitó la vida tras privar de la existencia a los dos primeros en la vivienda que compartían en la calle Manuel Peña y Jorge H. Acosta, del fraccionamiento “Soto Innes”.
Los cuerpos ya putrefactos de la familia fueron ingresados al Servicio Médico Forense (SEMEFO) tras varias horas de labores encabezadas por personal de la Fiscalía y Servicios Periciales que se aproximaron al inmueble.
Se presume que el doble homicidio y suicidio, se desarrolló unas 48 horas antes del hallazgo, y es que la familia de la dama trataba de ubicarla con insistencia desde el día viernes por lo que al no tener respuesta alguna dieron aviso al 911 iniciando un rondín que no dejó mayor novedad el día sábado.
Esa misma noche, los consanguíneos de Gretel, llegaron a Minatitlán procedentes de otro municipio, siendo con la ayuda de un “cerrajero” como lograron ingresar a la morada y localizar los cuerpos en avanzado estado de descomposición y de paso con quemaduras.
De esa forma es que autoridades tomaron las riendas del asunto y se dio apertura a la carpeta de investigación.
Las hipótesis que surgen indican que Jibraham, habría asesinado primeramente a su esposa e hijo, mediante la estrangulación.
El sujeto también fue encontrado sin vida al darse el suicidio, estando apilados en una de las recamaras donde se observó que las llamas fueron provocadas en el colchón que alcanzó a las personas ya muertas, la hipótesis marca que antes de matarse causó el fuego.
VECINOS DENUNCIARON VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Vecinos de los hoy extintos, coincidieron en mencionar que desde tiempo atrás, en la casa de la dama se vivían días de violencia intrafamiliar a manos de Jibraham, de quien hoy se sabe era de profesión psicólogo.
No dudaron en mencionar que, presuntamente el sujeto presentaba problemas de conducta, sumado a la supuesta ingesta constante de alcohol y de estupefacientes.
Agregaron que, en más de una ocasión, atestiguaron las acaloradas discusiones que sostenían bajo motivos que desconocían, siendo para ellos un secreto a voces el consumo de enervantes del individuo que hoy se convierte en el sospechoso del doble crimen que acabó con el suicidio.
De esa forma, quedó descartada la posibilidad de algún robo o ajuste de cuentas, pues las chapas no estaban forzadas y tampoco se observaron desmanes en el hogar, sin que aparentemente hiciera falta nada.